Los valores nórdicos

                           

El Informe Mundial de la Felicidad es un informe mundial que confecciona una lista y clasifica a 155 países en función de su nivel de felicidad. El informe se vale de una encuesta y analiza las respuestas subjetivas a una serie de preguntas sobre ingresos, apoyo social, comunidad, libertad personal y niveles de corrupción, entre otras, para determinar el nivel de felicidad de un país.

Desde que se realizó por primera vez en 2012, los países nórdicos (Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega e Islandia) han estado copando las primeras posiciones. Este año el país mejor clasificado ha sido Noruega, por delante de Dinamarca, que había encabezado la lista los tres años anteriores.

¿Qué tienen los países nórdicos y por qué obtienen tan buenas calificaciones en estos estudios sobre felicidad? A grandes rasgos: los países nórdicos tienen un robusto sistema de protección social y en general se les asocia con buenos sistemas de salud, igualdad, educación, democracia, seguridad y bajos niveles de corrupción en los negocios y en la política.

Pero otro de los ingredientes clave que contribuye a esta felicidad generalizada de los nórdicos es la confianza.


La confianza lo es todo


Cuando mencionamos que existe confianza en los países nórdicos nos referimos a la confianza entre vecinos y en los trabajadores públicos. De hecho, el índice de prosperidad de 2010 mostró que el 74% de los noruegos, el 64% de los daneses, el 60% de los finlandeses y el 56% creen que se puede confiar en los demás.

Andreas Bergh, un economista de la Universidad de Lund y el Instituto de Investigación de Economía Industrial de Estocolmo, asegura que en esos países “existe la creencia generalizada de que puedes confiar en la mayoría de la gente, y esa confianza se refiere a cosas como el cumplimiento de acuerdos, el comercio según lo pactado con anterioridad y el comportamiento respetuoso, por el que respetas a todos y ellos te respetan a ti”.




La confianza, sometida a prueba

En 2013, la revista Reader’s Digest llevó a cabo un experimento social en 16 ciudades de todo el mundo, la “prueba de la cartera”. En este experimento, se abandonaba en un espacio público una cartera completa que incluía nombre y número de teléfono, fotos familiares, tarjetas de visita y el equivalente de 50 dólares, para comprobar si era devuelta.

La capital de Finlandia, Helsinki, que casualmente fue la única nórdica en este experimento, fue la primera clasificada. Se devolvieron 11 de las 12 carteras abandonadas.



Carritos de bebé en la calle

Podemos encontrar otro ejemplo de confianza en una historia habitual que cuentan muchos turistas o expatriados la primera vez que llegan a los países nórdicos: el shock que se llevan al contemplar a bebés en sus carritos aparcados en el exterior de una tienda o una cafetería, mientras sus padres se encuentran dentro tomando algo.

Pues sí, es algo habitual y nunca ocurre nada. Para gente no acostumbrada, este nivel de confianza y cohesión social es difícil de entender, y les resulta complicado adaptarse.

Realizado por: Bryan Pineda.

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